Estudio comprueba que las personas más inteligentes se
sienten atraídos por el lenguaje de la noche, recinto que favorece su
creatividad y desarrollo, y por eso prefieren dormirse más tarde.
Después de
leer esto, he querido compartirlo ya que los que pasamos noches sin poder
dormir nos genera nerviosismo y muchas cosas más. Al leer este estudio me queda
la duda…y tranquilidad, ahora podemos decir los que padecemos
insomnio, ¡SOMOS INTELIGENTES!.
ESTUDIO
El dormir es un factor fundamental en
la biología de los animales, y existe nueva evidencia que los patrones de sueño
y la hora en la que una persona decide ir a dormir están ligados a su capacidad
cognitiva, a su inteligencia. Al parecer la gente con mayor IQ tiende a ser más
activa durante la noche, mientras que aquellos no tan agraciados en este rubro
prefieren acostarse antes.
Aunque este tipo de estudios resultan
siempre un tanto cuestionables, e incluso el propio concepto del IQ parece un criterio
bastante limitado para pretender medir algo tan abstracto y relativo como la
inteligencia humana, lo cierto es que la noche emana singulares frecuencias que
magnetizan ciertos tipos de personalidades, entre ellas personas que tienden
más a la reflexión y el desarrollo de la creatividad, actividades que en muchas
ocasiones se sienten más cómodas cobijadas por la tranquilidad etérea del
espíritu nocturno.
Robert Bolizs de la Universidad
de Semmelweist ha mostrado encefalogramas de gente mientras duerme comprobando
que ciertos elementos del dormir están directamente relacionados con el
desempeño cognitivo de la persona cuando está despierta. Mientras tanto,
estudios de H. Aliasson muestran como los intervalos del dormir son
cercanamente correlacionados al desempeño académico de estudiantes. Por otro
lado, exhaustivos estudios encabezados por el investigador Satoshi Kanazawa y
su equipo del London School of Economics and Political Science han revelado
diferencias significativas entre las preferencias de horarios para dormir en
referencia a sus puntajes de IQ. La gente con mayores puntuaciones es más apta
para producir de noche, mientras que aquellos con menor IQ limitan sus
actividades principalmente al día.
De acuerdo con Kanazawa, nuestros
ancestros eran típicamente diurnos, y paulatinamente la tendencia se ha vertido
hacia ir elevando su actividad nocturna. En este sentido el rumbo de la noche
esta de algún modo relacionado con la evolución de la mente humana, y al
parecer es claro que aquellos individuos con mayores aptitudes cognitivas
acostumbran sentirse atraídos por el desarrollo personal durante las horas sin
sol y sus mentes demuestran un “nivel más alto de complejidad cognitiva”.
Por otro lado un estudio de 2008 dirigido por la
psicóloga Marina Giamnietro indica que la gente más nocturna tiene menor
estabilidad emocional y tienden más a la depresión y a engancharse con
adicciones. Lo anterior tal vez nos confirma que a aquellas mentes más creativas y menos tradicionales, a la vez son más vulnerables a ciertos
desórdenes psicológicos.
Algunos de los grandes nocturnos
podemos incluir algunas lúcidas personalidades como William Blake, Edgar A Poe,
W.B. Yeats, Brion Gysin, además del squad de brillantes ocultistas entre ellos
Blavatsky, Manly P. Hall, y Aleister Crowley, todos ellos poseedores de una
psique ávida y merecedores de la condición de “hijos favoritos de la noche”.
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